Del entendimiento de los conceptos y principios fundamentales en materia de protección al consumidor, depende tanto el éxito de las estrategias empresariales en la búsqueda, captación y retención de clientes como el establecimiento de pilares sólidos de confianza en el mercado, con el correspondiente desarrollo económico.
Si para el empresario individual cumplir con las normas de protección al consumidor representa algún costo, en el aspecto agregado la normativa tutelar genera beneficios sociales y económicos.Las restricciones establecidas en la Ley Federal de Protección al Consumidor (LFPC), coinciden con el bien jurídicamente protegido que persiguen otras normas de carácter económico, como las relacionadas con el abatimiento de los monopolios y las prácticas desleales de comercio. Los derechos del consumidor no deben ser vistos como obstáculos para el empresario ni su cumplimiento los coloca en una situación de desigualdad ante la ley.
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La Venta También Entra por la Nariz
Por: Carlos Mondragón
Para sobrevivir, los seres humanos deben ser capaces de realizar tres actividades relacionadas: sentir los acontecimientos (también llamado estimulación), procesar el estímulo y responder a dicho estímulo. Un estímulo ambiental es una característica del entorno que pone en alerta los sentidos -por ejemplo, las luces de un semáforo, el olor a humo o el sonido de una sirena de una ambulancia-, por lo que estas situaciones provocarán una respuesta. A su vez, el estímulo es detectado por los receptores, que son células especializadas del sistema nervioso, sensibilizadas por dichos estímulos. Al activarse los receptores, se tendrán una o varias sensaciones, que son aspectos básicos de la percepción.
La percepción forma parte de los cuatro elementos de la conducta humana: motivación, percepción, pensamiento y aprendizaje. La percepción es el proceso de organizar e intentar comprender la estimulación sensorial que se recibe, por lo que es elemento que pone al individuo en contacto con el exterior.
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