Contabilidad, Edición 34

Ética: Norma y Morada


Por: Yanira Petrides

Una característica cotidiana de la vida profesional del contador público es la ética; un compromiso que su vida profesional, al servicio del interés público, le exige día con día. Sin embargo, la ética es un desafío permanente, no sólo en tiempos de crisis y escándalos, también cuando hay relativa calma.

La palabra “ética” proviene del vocablo griego “ethos” que significa “hábito, costumbre, modo de ser”. En la introducción de su libro Ethos, destino del hombre, Juliana González explica que el vocablo griego “ethos” puede escribirse de dos modos distintos y por lo tanto admite más de un significado (González, 1986).  Si escribimos como su primera letra una “eta” significaría, según González, algo así como “morada”, ya sea exterior -como la casa en que se vive-, o interior -como modo de ser y no sólo de estar, en definitiva, “carácter”. Y así es como los contadores públicos vivimos la ética: como una morada que nos da seguridad y prestigio, así como un modo de ser al servicio del interés público.

La Federación Internacional de Contadores Públicos (IFAC) fue creada en 1977; su misión consiste en desarrollar y promover una profesión contable con estándares armonizados, capaces de ofrecer servicios de alta calidad consecuentes con el interés público (IFAC, 2010). Así, mediante el establecimiento de un código de ética, la profesión contable declara su intención de cumplir con la sociedad, de servirla con lealtad y diligencia y de respetarse a sí misma.

Uno de los puntos cruciales en la elaboración de un código es conseguir el equilibrio entre las normas y los principios adecuados. El código de IFAC es un núcleo de principios y valores (The International Ethics Standards Board for Accountants, IESBA, 2010) que guían a la profesión hacia un mismo rumbo y reconoce la diversidad cultural de sus miembros, por lo que promueve un compromiso en los siguientes cinco puntos:

  • Integridad. Debe comportarse con rectitud y honestidad en todas sus relaciones profesionales.
  • Objetividad. No debe permitir conflicto de intereses, debe ser imparcial en su juicio profesional.
  • Compromiso con la competencia y cuidado profesional. Tiene el deber de mantener conocimientos y habilidades profesionales del nivel requerido por sus clientes.
  • Confidencialidad. Debe respetar la confidencialidad de la información obtenida como resultado de su trabajo profesional.
  • Comportamiento profesional. Deberá cumplir con las leyes vigentes y evitar cualquier práctica que desacredite a la profesión.

El Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) es el organismo colegiado que agrupa e identifica a la profesión contable en México, este organismo es miembro de IFAC y emite su propio código de ética profesional con el objeto de ofrecer mayores garantías de solvencia moral y establecer normas de actuación profesional, que converge y está alineado al código de ética de IFAC.

El alcance de este Código de Ética Profesional de los Contadores Públicos de México, se encuentra delimitado por 12 postulados (IMCP, 2010) que llevan a una:

  • Responsabilidad hacia la sociedad. Postulados del I al V, que se refieren a la libertad de criterio del contador, la calidad de su trabajo; su preparación y calidad profesional, así como la responsabilidad personal.
  • Responsabilidad hacia quien patrocina los servicios. Postulados del VI al IX, que implican el secreto profesional, la obligación de rechazar tareas inmorales, la lealtad hacia el patrocinador de los servicios y la retribución económica.
  • Responsabilidad hacia la profesión. Postulados del X al XII, que involucran el respeto a los colegas de la profesión, la dignificación de la imagen profesional con base en calidad y la difusión y enseñanza de conocimientos técnicos.

Los códigos se han convertido en uno de los rasgos más visibles de la ética en los negocios, pues exigen más que la moral convencional y que la ley, además de ser una promesa de la profesión hacia la sociedad. Un código puede servir como orientación, pero difícilmente podría ser suficiente, por ello es que a través del Consejo de Normas Internacionales de Formación en Contaduría (IAESB, por sus siglas en inglés) el IFAC emite estándares de educación, los cuales son pilares fundamentales para la certificación del contador profesional.

Al respecto del tema ético, el IAESB emitió la Norma Internacional de Educación no. 4 (International Education Standard IES 4): “Valores, Ética y Actitud Profesional”, la cual tiene como propósito fundamental señalar los valores, la ética y la actitud que los contadores públicos deben adquirir durante su programa de educación (International Accounting Education Standards Board, 2010), además de ser reconocido como “contador profesional”.

La IES 4 establece que los valores deben conducir al contador hacia un compromiso con el interés público y la responsabilidad social, la mejora continua, la responsabilidad y el respeto, así como para con las leyes y regulaciones. El organismo ha dispuesto también una guía que recomienda un marco flexible basado en cuatro objetivos de enseñanza, los cuales tienen una progresión lineal, por lo que son considerados como etapas, al mismo tiempo que áreas de investigación:

  1. Incrementar el conocimiento sobre la ética
  2. Desarrollar sensibilidad ética
  3. Mejorar el juicio ético
  4. Mantener un compromiso de comportamiento ético

El documento recomienda que las tres primeras etapas sean estudiadas durante el programa de la carrera de contaduría y en la práctica profesional se retomen la tercera y la cuarta. Se proponen dos maneras de conseguirlo. Una por tópicos, en donde se sugiere una lista de temas que deben ser vistos, ya sea a través de clases curriculares o modulares: estudio de casos éticos, juego de roles y ponencias de profesionales. Otra por etapas, en donde la primera puede ser vista en una o varias materias especiales; la segunda, mediante casos en varias materias, como contabilidad financiera, gerencial y fiscal; la tercera, quizá en una materia integradora, o bien, por medio de prácticas profesionales con un mentor o con ponencias;  mientras que la cuarta se lograría más bien en la práctica o capacitación profesional.

Finalmente, la  guía advierte sobre el hecho de que, si bien se puede medir el aprendizaje de la ética, no por ello se puede avalar el comportamiento ético, ya que éste constituye una decisión personal fundamentada en la integración de los recursos de los que dispone nuestra conciencia de ser y de estar en comunidad.

La profesión contable es una de las profesiones más reguladas en todos sus ámbitos, no obstante, en el área de la ética siempre habrá miembros que no cumplen con los estándares profesionales. Un código en sí mismo no puede detener a alguien romperlo, la responsabilidad de seguir el código y aplicar sus principios es individual. Sartre habla (Murguerza, 1997) de “la profunda soledad del acto moral” y nos dice también que “cuando un hombre elige moralmente, elige por toda la humanidad”; de la misma manera, cuando un contador elige, representa a toda la profesión. Y habrá algunos fracasos que llevarán a una situación de “escándalos” y la profesión tendrá que hacer frente a sus consecuencias.

La ética es el punto más importante de la profesión contable en la actualidad, la cual existe porque la sociedad le ha dado licencia para ello. La ética es la morada de todos los contadores profesionales, ya que en los últimos años, la credibilidad de la profesión contable en el mercado mundial se mide más por su desempeño ético que por su competencia técnica.

Por último, para cerrar, no hay mejor manera que la siguiente frase: “Un código de ética profesional no sólo sirve de guía a la acción moral; también, mediante él, la profesión declara su intención de cumplir con la sociedad, patrocinadora de sus servicios, para servirla con lealtad y diligencia y de respetarse ella misma” (IMCP, 2010).?

Bibliografía:

González, J. (1986). Ethos, destino del hombre. México: FCE, FFyL, UNAM.

IFAC. (2010). International Federation of Accountants Leading the Development of the Global Profession. Recuperado el 30 de junio de 2010, de www.ifac.org

IMCP. (2010). Instituto Mexicano de Contadores Públicos. Obtenido de http://www.imcp.org.mx/spip.php?article529

International Accounting Education Standards Board. (2010). IFAC. Obtenido de IAESB Pronouncements: http://www.ifac.org/Education/

Murguerza, J. (1997). “El ethos, destino del hombre”. Revista Vuelta, 39-42.

The International Ethics Standards Board for Accountants, IESBA. (2010). IFAC Publications and Resources. Obtenido de The International Ethics Standards Board for Accountants, IESBA: http://web.ifac.org/publications/international-ethics-standards-board-for-accountants/code-of-ethics

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