Todo comenzó en 2008, cuando cuatro amigos, Hernán Fernández, Alberto Osio, Christian y Olivier Meade, regresaron a México después de haber cursado sus maestrías en el extranjero.
Durante su estadía en el exterior, y motivados por las ganas de emprender, descubrieron una enorme oportunidad en México, por la falta de financiamiento a negocios en sus etapas iniciales. Estaban convencidos del potencial que había en México de desarrollar nuevos emprendedores, pero sobre todo creían que los nuevos negocios deberían ser innovadores y de alto impacto para que se convirtieran en motor de crecimiento y progreso económico.
Con esta idea en mente, fundaron Angel Ventures México. La primera red de inversionistas ángeles, la cual llevó el nombre de Club de Inversionistas de México. La red estaba formada por personas con alto poder adquisitivo que querían invertir en nuevos negocios, por lo regular en empresas nuevas en sus primeras etapas, a cambio de una participación accionaria. Los inversionistas ángeles del club deberían cumplir con una característica más: no solo aportarían capital, sino que también agregarían valor al proyecto con experiencia y conocimientos profesionales, así como con importantes contactos que serían de mucha utilidad para el emprendedor. El objetivo del Club de Inversionistas de México era claro: vincular a inversionistas ángeles con emprendedores de alto perfil, cuyos proyectos presentarían un mayor riesgo pero, al mismo tiempo, tendrían un mayor retorno.
Los inicios del ecosistema emprendedor
En el 2008 aún no se encontraba desarrollada la industria de capital de riesgo en México ni había un ecosistema emprendedor. Es importante resaltar esto último porque “detrás de un emprendedor hay más de un individuo –o institución– que lo ayudó en el camino para concretar su idea de negocio. A todas esas personas, partes de un todo, se les conoce como ‘actores del ecosistema emprendedor’. Aquí se cuentan también incubadoras, aceleradoras, inversionistas e incluso universidades o el gobierno, con el mismo objetivo de aportar valor dependiendo de su función y experiencia”.
En ese entonces, el ecosistema emprendedor era muy pequeño, compuesto por menos de 15 instituciones, como el Fondo NAEF-Ventana (primer fondo de capital de riesgo en México apoyado por Nacional Financiera), Fondo Pyme, Endeavor, New Ventures, Aceleradora de CNN Expansión, Techba, Mexican.VC, Venture Institute y Angel Ventures México con su reciente creación del Club de Inversionistas de México.
Como la mayoría de los emprendedores, Hernán y sus socios se enfrentaron a críticas y cuestionamientos de su modelo de negocio. Nadie entendía cómo iban a conseguir a los inversionistas ángeles ni, sobre todo, cómo lograrían convencerlos de invertir en nuevos negocios con un riesgo e incertidumbre mayor que los negocios tradicionales. El inicio no fue fácil. El Club de Inversionistas de México tenía menos de 20 miembros y tuvo que posicionarse en una industria prácticamente inexistente para afiliar a más miembros y tender una base sólida. Por fin, después de un arduo año de trabajo, Angel Ventures México logró su primera inversión, tras la cual se sucedieron una tras otra.
Línea del tiempo de las inversiones del Club de Inversionistas de México
Incide (2009). Primer centro dedicado a la atención de la depresión clínica. Operaba y comercializaba el equipo TMS (estimulación magnética transcraneana) aprobado por la Dirección de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos.
Mmall (2009). Empresa de comercio electrónico cuyos principales clientes eran los trabajadores, a los que proporcionaba incentivos para comprar a través de un esquema piramidal.
Yolia Health (2010). Centro que desarrolló un procedimiento oftalmológico correctivo que prometía revolucionar la industria de la salud de la visión. Contaba con un método no invasivo para corregir defectos de refracción bajos y presbicia.
Échale a tu casa (2010). Empresa surgida de una asociación sin fines de lucro, ofreció el primer producto financiero inmobiliario para que familias de bajos ingresos pudieran adquirir una vivienda.
Red10/ClickOnero (2010). Tienda comercio electrónico con más de 10 millones de usuarios.
Aires de Campo (2011). La comercializadora más grande de productos orgánicos de México y líder en su categoría.
Meridia (2011). Primer centro de día para adultos mayores.
XPress Channel (2012). Sistema de punto de venta en tiendas que permitía la comunicación entre el tendero y el consumidor final con las marcas a través de una pantalla táctil.
Tequila 17 (2012). Empresa productora de tequila de alta calidad para el consumidor exigente, dirigido a mercados de nicho en Europa.
Cervecería 5 de mayo (2012): Cervecera artesanal ubicada en la ciudad de Puebla.
Con un portafolio diversificado y después de realizar 10 inversiones, en 2013 Angel Ventures México creó el primer Fondo de Coinversión en México, AVMI, gracias a los esfuerzos de inversionistas institucionales y Nacional Financiera. El Fondo de Coinversión AVMI era de 20 millones de dólares, tenía un ticket promedio de entre 100 000 y 200 000 dólares y estaba enfocado en los sectores de salud –base de la pirámide–, ventas al menudeo, tecnologías de información y agroindustria.
Ese mismo año de 2013, el Instituto Nacional del Emprendedor y la Secretaría de Desarrollo Económico invitaron a Angel Ventures México a participar en un proyecto estratégico: la creación de una incubadora de alto impacto cuyo fin era promover la creación y crecimiento de nuevos negocios, escalarlos y generar empleos de alta calidad. Angel Ventures México se dio a la tarea de buscar 23 empresas con potencial para formar parte de esta primera generación. Todas estas empresas se alineaban en los sectores estratégicos del Distrito Federal, así como también en los cinco ejes para un gobierno ciudadano: (i) equidad e inclusión social para el desarrollo humano, (ii) gobernabilidad, seguridad y protección ciudadana, (iii) desarrollo económico sostenible; (iv) habitabilidad y servicios, espacio público e infraestructura; v) efectividad, rendición de cuentas y combate a la corrupción.
LEl Fondo de Coinversión y la Incubadora de Alto Impacto le permitieron a Angel Ventures México posicionarse como uno de los líderes del ecosistema emprendedor, con lo cual marcó la pauta para los nuevos actores.
Panorama alentador para Angel Ventures México
Como era de esperarse, se observó un crecimiento acelerado de incubadoras, fondos, programas gubernamentales y espacios de coworking y los primeros encuentros que buscaban promover el emprendimiento. Finalmente, en 2014 ya podía decirse que en México se había formado un verdadero ecosistema emprendedor. Lo mismo empezó a ocurrir en otros países. Pronto Brasil, Chile, Colombia y Perú, por mencionar algunos, se sumaron a la onda del emprendimiento fomentado por el sector público y privado. Angel Ventures México se había vuelto un modelo de negocio muy atractivo de repetir, lo que dio pie a una expansión nacional e internacional.
Angel Ventures México amplió sus operaciones a San Luis Potosí, Hermosillo, Guadalajara y Tijuana. El panorama que se presentaba en otros países también era muy optimista y aseguraba el éxito para Angel Ventures México, así que también abrió oficinas en Colombia, Estados Unidos y Perú.
Hoy, Angel Ventures México recoge los frutos de haber sido pionero en la industria de capital de riesgo en México. De acuerdo con un informe realizado por la Asociación Mexicana de Capital Privado en México, la industria de capital de riesgo en México ha crecido hasta alcanzar un valor de 1081 millones de dólares con un crecimiento anual compuesto del 27.51% durante los últimos 14 años. Los fondos de capital de riesgo en México han reunido cerca de 355 millones de dólares en 2013 y 2014, lo que lleva a pensar que la industria de capital de riesgo seguirá creciendo en México y otros países, y que los logros de Angel Ventures México no se detendrán.?
Referencias
Petrone, Barroeta y Parra (2014), “Cómo nacen las empresas”, Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanzas.
Pioneros en el ecosistema emprendedor: Angel Ventures México
Por: Nomara Parra
Angel Ventures México
Todo comenzó en 2008, cuando cuatro amigos, Hernán Fernández, Alberto Osio, Christian y Olivier Meade, regresaron a México después de haber cursado sus maestrías en el extranjero.
Durante su estadía en el exterior, y motivados por las ganas de emprender, descubrieron una enorme oportunidad en México, por la falta de financiamiento a negocios en sus etapas iniciales. Estaban convencidos del potencial que había en México de desarrollar nuevos emprendedores, pero sobre todo creían que los nuevos negocios deberían ser innovadores y de alto impacto para que se convirtieran en motor de crecimiento y progreso económico.
Con esta idea en mente, fundaron Angel Ventures México. La primera red de inversionistas ángeles, la cual llevó el nombre de Club de Inversionistas de México. La red estaba formada por personas con alto poder adquisitivo que querían invertir en nuevos negocios, por lo regular en empresas nuevas en sus primeras etapas, a cambio de una participación accionaria. Los inversionistas ángeles del club deberían cumplir con una característica más: no solo aportarían capital, sino que también agregarían valor al proyecto con experiencia y conocimientos profesionales, así como con importantes contactos que serían de mucha utilidad para el emprendedor. El objetivo del Club de Inversionistas de México era claro: vincular a inversionistas ángeles con emprendedores de alto perfil, cuyos proyectos presentarían un mayor riesgo pero, al mismo tiempo, tendrían un mayor retorno.
Los inicios del ecosistema emprendedor
En el 2008 aún no se encontraba desarrollada la industria de capital de riesgo en México ni había un ecosistema emprendedor. Es importante resaltar esto último porque “detrás de un emprendedor hay más de un individuo –o institución– que lo ayudó en el camino para concretar su idea de negocio. A todas esas personas, partes de un todo, se les conoce como ‘actores del ecosistema emprendedor’. Aquí se cuentan también incubadoras, aceleradoras, inversionistas e incluso universidades o el gobierno, con el mismo objetivo de aportar valor dependiendo de su función y experiencia”.
En ese entonces, el ecosistema emprendedor era muy pequeño, compuesto por menos de 15 instituciones, como el Fondo NAEF-Ventana (primer fondo de capital de riesgo en México apoyado por Nacional Financiera), Fondo Pyme, Endeavor, New Ventures, Aceleradora de CNN Expansión, Techba, Mexican.VC, Venture Institute y Angel Ventures México con su reciente creación del Club de Inversionistas de México.
Como la mayoría de los emprendedores, Hernán y sus socios se enfrentaron a críticas y cuestionamientos de su modelo de negocio. Nadie entendía cómo iban a conseguir a los inversionistas ángeles ni, sobre todo, cómo lograrían convencerlos de invertir en nuevos negocios con un riesgo e incertidumbre mayor que los negocios tradicionales. El inicio no fue fácil. El Club de Inversionistas de México tenía menos de 20 miembros y tuvo que posicionarse en una industria prácticamente inexistente para afiliar a más miembros y tender una base sólida. Por fin, después de un arduo año de trabajo, Angel Ventures México logró su primera inversión, tras la cual se sucedieron una tras otra.
Línea del tiempo de las inversiones del Club de Inversionistas de México
Con un portafolio diversificado y después de realizar 10 inversiones, en 2013 Angel Ventures México creó el primer Fondo de Coinversión en México, AVMI, gracias a los esfuerzos de inversionistas institucionales y Nacional Financiera. El Fondo de Coinversión AVMI era de 20 millones de dólares, tenía un ticket promedio de entre 100 000 y 200 000 dólares y estaba enfocado en los sectores de salud –base de la pirámide–, ventas al menudeo, tecnologías de información y agroindustria.
Ese mismo año de 2013, el Instituto Nacional del Emprendedor y la Secretaría de Desarrollo Económico invitaron a Angel Ventures México a participar en un proyecto estratégico: la creación de una incubadora de alto impacto cuyo fin era promover la creación y crecimiento de nuevos negocios, escalarlos y generar empleos de alta calidad. Angel Ventures México se dio a la tarea de buscar 23 empresas con potencial para formar parte de esta primera generación. Todas estas empresas se alineaban en los sectores estratégicos del Distrito Federal, así como también en los cinco ejes para un gobierno ciudadano: (i) equidad e inclusión social para el desarrollo humano, (ii) gobernabilidad, seguridad y protección ciudadana, (iii) desarrollo económico sostenible; (iv) habitabilidad y servicios, espacio público e infraestructura; v) efectividad, rendición de cuentas y combate a la corrupción.
LEl Fondo de Coinversión y la Incubadora de Alto Impacto le permitieron a Angel Ventures México posicionarse como uno de los líderes del ecosistema emprendedor, con lo cual marcó la pauta para los nuevos actores.
Panorama alentador para Angel Ventures México
Como era de esperarse, se observó un crecimiento acelerado de incubadoras, fondos, programas gubernamentales y espacios de coworking y los primeros encuentros que buscaban promover el emprendimiento. Finalmente, en 2014 ya podía decirse que en México se había formado un verdadero ecosistema emprendedor. Lo mismo empezó a ocurrir en otros países. Pronto Brasil, Chile, Colombia y Perú, por mencionar algunos, se sumaron a la onda del emprendimiento fomentado por el sector público y privado. Angel Ventures México se había vuelto un modelo de negocio muy atractivo de repetir, lo que dio pie a una expansión nacional e internacional.
Angel Ventures México amplió sus operaciones a San Luis Potosí, Hermosillo, Guadalajara y Tijuana. El panorama que se presentaba en otros países también era muy optimista y aseguraba el éxito para Angel Ventures México, así que también abrió oficinas en Colombia, Estados Unidos y Perú.
Hoy, Angel Ventures México recoge los frutos de haber sido pionero en la industria de capital de riesgo en México. De acuerdo con un informe realizado por la Asociación Mexicana de Capital Privado en México, la industria de capital de riesgo en México ha crecido hasta alcanzar un valor de 1081 millones de dólares con un crecimiento anual compuesto del 27.51% durante los últimos 14 años. Los fondos de capital de riesgo en México han reunido cerca de 355 millones de dólares en 2013 y 2014, lo que lleva a pensar que la industria de capital de riesgo seguirá creciendo en México y otros países, y que los logros de Angel Ventures México no se detendrán.?
Referencias
Petrone, Barroeta y Parra (2014), “Cómo nacen las empresas”, Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanzas.
Asociación Mexicana de Capital Privado en México. 2014. Overview of the Venture Capital Industry in Mexico. Disponible en <http://en.amexcap.com/section/industry-overview-of-mexico/>