Edición 38, Estrategia

La Empresa Sustentable: ¿Obligación, Convicción o Conveniencia?

Por: Rogerio Domenge

En las últimas décadas, ha habido una creciente preocupación en el ámbito empresarial, tanto internacional como nacional, por las actividades relacionadas con la contaminación, el calentamiento global, la emisión de gases de invernadero y la energía renovable. Asimismo, estas preocupaciones han tenido un impacto cada vez mayor en las estrategias y modelos de negocio de las empresas, las cuales han incorporado nuevas variables en su diseño o rediseño (planeación, misión, visión, valores, cultura organizacional, desarrollo sustentable, etc.) y en su ejecución (sistemas de calidad, manejo de residuos y emisiones, tecnologías de producto y de producción, reciclaje, instalaciones, logística, generación y consumo de energía, etc.), según la noción relativamente nueva de empresa sustentable. Sin embargo, muchas veces no se tiene una idea clara de lo que significa “sustentabilidad”, sus objetivos ni las razones de incorporarla a la empresa.

Sustentabilidad

El concepto de sustentabilidad ha sido definido por diversas organizaciones, desde diversas perspectivas y según su propia naturaleza y objetivos. Tal vez la definición más importante de desarrollo sustentablesea la que propuso la Comisión Brundtland o World Commision on Environement and Development (“Comisión Mundial sobre Ambiente y Desarrollo”) de las Naciones Unidas, creada en 1983 a raíz de la creciente preocupación por el deterioro del entorno y los recursos naturales y por sus consecuencias negativas para el desarrollo económico y social mundial.
El objetivo de esta comisión era establecer políticas de desarrollo sustentable, considerando que estos problemas son mundiales y, por lo tanto, requieren una perspectiva global para diagnosticarlos y para encontrar las soluciones. En 1987, se publicó el informe de la Comisión Brundtland con el nombre Our Common Future (“Nuestro futuro común”, WCED, 1987). Ahí se afirma, entre otros puntos, que el desarrollo sustentable es el único camino para satisfacer las necesidades humanas actuales y futuras sin desequilibrar al planeta, lo que incluye a todas las formas de vida, los recursos naturales, el agua, el aire, etcétera.

Para la WCED, el desarrollo sustentable tiene que ver con el avance social y económico que “satisface las necesidades del presente del ser humano”, asegurando una vida sana y productiva, “sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades”. Este concepto vincula y condiciona a las actividades de las empresas productoras de bienes y servicios de la sociedad, resalta su enorme responsabilidad como el principal explotador de recursos naturales y considera la capacidad limitada de la naturaleza para compensar, equilibrar o mantener su propio estado natural. Por un lado, la empresa identifica y define el tipo de bienes y servicios que va a ofrecer en función de esas necesidades, sobre todo las necesidades básicas del ser humano. Por el otro, se considera que las empresas forman parte de un sistema social en que hay factores que las condicionan, como el tipo de tecnología que utilizan en sus procesos, la organización social y cultural en la que se encuentran y su marco legal.

Desde una perspectiva más amplia, es posible concebir la sustentabilidad como la capacidad de un sistema dinámico de alcanzar su estado estable en virtud del equilibrio entre los recursos que utiliza y su entorno, logrado mediante mecanismos internos de autorregulación, adaptación, flexibilidad, capacidad de respuesta y resiliencia (Minolli, 2000). Hay sustentabilidad cuando las medidas o indicadores de un sistema no decrecen (Gallopín, 2003), es decir, cuando mantiene o incrementa su desempeño y aprovecha los recursos por debajo de su capacidad de renovación. En el enfoque sistémico, a esta característica también se le conoce como homeostasis (del término griego que significa “estado o posición igual o similar”). Este concepto se utiliza en varios tipos de sistemas, como los biológicos, ecológicos, económicos, sociales y cibernéticos.

En 2002, la JDSD (Johannesburg Declaration on Sustainable Development, “Declaración de Johannesburgo sobre el desarrollo sustentable”) adoptó un enfoque más general del desarrollo sustentable con el modelo de los tres pilares básicos (económico, social y medioambiental o Triple Resultado), que desde entonces ha sido ampliamente aceptado y utilizado (Kates et al., 2005). En este modelo, se propone avanzar y fortalecer estos tres pilares para tener un desarrollo sustentable a nivel local, nacional, regional y global. Los tres pilares se refieren a los factores siguientes:

Desarrollo económico. Concierne al crecimiento económico y a la búsqueda del bienestar. Abarca a las industrias y sectores productivos que proveen empleo y al conjunto de los aspectos de la economía: mercados, consumo, competencia, eficiencia, productividad, tecnología, innovación e investigación y desarrollo.

Desarrollo social. Comprende el entorno cultural, legal y político que se manifiesta en creencias, tradiciones, costumbres, hábitos, estilos de vida, educación, valores, metas, instituciones, normas y leyes, todo esto orientado a mantener su estado estable (homeostasis), pero dando cabida a cambios, renovaciones y adaptaciones, que muchas veces se instituyen entre controversias y rechazos. La sustentabilidad es, entre otras cosas, un resultado de la aplicación o seguimiento del sistema normativo social, el cual, a su vez, es dinámico porque va adoptando modificaciones mediante políticas de autoconservación y desarrollo.
Protección medioambiental o entorno físico y natural. Este pilar se refiere al uso racional de recursos naturales escasos. Se logra la sustentabilidad cuando la empresa no explota uno o más recursos, más allá de sus límites de renovación, lo cual llevaría a un desequilibrio o degradación del entorno y, por lo tanto, de la empresa misma.

Si se considera a la empresa y a su medioambiente como un sistema focal, se entiende la sustentabilidad de este sistema como la capacidad y el potencial de mantener su equilibrio sano y productivo, satisfaciendo las necesidades y favoreciendo el bienestar de la población mediante la oferta de bienes y servicios, sin que se exploten (tecnología) los recursos (energéticos, forestales, hidráulicos, etc.) más allá de su capacidad o velocidad de renovación y dentro del marco institucional (normativo) del entorno social (Figura 1).

Figura 1. Empresa y medioambiente como sistema focal.

La empresa actual tiene problemas de sustentabilidad que no enfrentaba en el pasado. La gestión administrativa de una empresa que pretende ser sustentable debe incluir explícitamente en la planeación estratégica elementos como las formas responsables de ingeniería y explotación de recursos naturales, nuevas inversiones y desarrollo tecnológico que consideren los aspectos energéticos y de contaminación en una dinámica de cambio de las instituciones del entorno. Idealmente, estos elementos deben ser congruentes con las necesidades actuales y futuras de la población.

Entre tanto, cabe preguntarse qué es lo que realmente lleva a la empresa moderna a adoptar una gestión sustentable. ¿Cuáles o quiénes son los catalizadores o detonadores principales de este proceso?

Tres detonadores

En la Figura 1 se encuentran los agentes de las actividades que influyen en la sustentabilidad: la población o los consumidores privados y públicos de bienes y servicios, que muestran una tendencia creciente a consumir más responsablemente, lo cual incide en la dirección y desempeño de la empresa; las empresas productoras de bienes y servicios a través de su gestión medioambiental; los empleados y trabajadores comprometidos, cada vez más capacitados y conscientes de sus responsabilidades con el medio ambiente; los inversionistas con visión, que incluyen en sus decisiones variables de desempeño y sustentabilidad de sus proyectos; los entes reguladores formales e informales del entorno social, que encauzan a las empresas y a la población de forma más y más decidida (obligatoria) a la senda de la sustentabilidad mediante políticas, leyes, normas, etc.; otros organismos con o sin fines de lucro, como los medios académicos, los medios de comunicación y los organismos no gubernamentales. A continuación, comentaremos tres de los principales detonadores.

Obligación

Es el aspecto legal. Uno de los elementos fundamentales en el tema de la sustentabilidad, las empresas y el entorno social (Figura 1) es el ente regulador que se encarga de diseñar la legislación medioambiental (LGEEPA) a partir de una visión ideal del sistema en su conjunto y de sus políticas de desarrollo. Es el ente que debe equilibrar los intereses de la sociedad, las necesidades naturales del medio ambiente y el aspecto económico de las empresas por medio de políticas gubernamentales materializadas en leyes, normas, impuestos, multas, subsidios, incentivos, programas de divulgación (por ejemplo, SEMARNAT).

Convicción

Es el aspecto ético. La empresa ética, generadora de valor (económico y social), supone una visión que no se reduzca al simple retorno a la inversión de corto plazo, lo cual es muchas veces la meta miope de las empresas. Comprende los aspectos de una responsabilidad ética y social de servicio en la que se considere a todos los participantes, es decir la sociedad, clientes, accionistas, empleados, proveedores, acreedores y gobierno. Surge de una profunda convicción de los directivos y se expresa en diversas acciones, como conducirse y respetar códigos de ética que incorporen las mejores prácticas y estándares en los negocios, la transparencia en sus acciones e informes, las medidas en contra de la corrupción, la superación de los mínimos legales de las normas y procedimientos oficiales y las inversiones en investigación y desarrollo relacionadas con prácticas sustentables explícitas para respetar, preservar o mejorar el medio ambiente. La empresa genera valor social debido a que, entre otros puntos, capacita y educa a sus integrantes en una cultura organizacional con identidad, objetivos y valores propios, y dispersa la semilla de muchos comportamientos sociales, instituciones, valores, actitudes y conductas.

Conveniencia

La conveniencia vista como rentabilidad. Hay diversas posturas respecto a la conveniencia o la inconveniencia de ser una empresa sustentable desde el punto de vista de la rentabilidad económica. La sustentabilidad se puede percibir como un gasto del que no se obtiene ningún beneficio económico, como una decisión de inversión en los términos tradicionales de costos y -beneficios, con su correspondiente rentabilidad y riesgo, o como un camino y una inversión estratégica, como se resume en la hipótesis de Porter (1995 y 2006), según la cual una legislación medioambiental más estricta no sólo aminora los daños ambientales, sino que también conduce al desarrollo de mejores innovaciones tecnológicas y a una disminución de costos de producción, con un aumento en la calidad de los productos. Porter considera a la sustentabilidad como un medio de supervivencia de la empresa en un entorno dinámico, global y agresivo, en el que tiene que adaptarse a nuevas necesidades y exigencias de los consumidores para ocupar mejores posiciones competitivas.

En la encuesta mundial del MIT (2009, www.sloanreview.mit.edu ) sobre sustentabilidad y negocios, aplicada a ejecutivos de empresas, se vio que hay un consenso general en que la sustentabilidad influye fuertemente en las decisiones empresariales. Y aunque 92% de las empresas tienen en cuenta la sustentabilidad cuando deciden, la mayoría no hace todo lo posible para aprovechar las oportunidades que se derivan de ella. Así, 70% no han trazado un plan de negocio que incluya los aspectos de la sustentabilidad. Las compañías que emprenden acciones vigorosas de sustentabilidad descubren cada vez más oportunidades.

Como señala BDO Kendalls (2009) en su encuesta corporativa medioambiental, los detonadores de la sustentabilidad se encuentran en el siguiente orden: económico, social y ambiental. Otro ejemplo es el que publicó Siemens (2011, www.usmayors.org), respecto de su encuesta sobre sustentabilidad realizada con una muestra de ciudades de Estados Unidos, en la que se señaló a los beneficios económicos esperados como el principal detonador para diseñar estrategias de desarrollo de nuevas tecnologías limpias. Se vio que las inversiones de adaptación al cambio climático ya se incluyen en el presupuesto oficial en una de cada tres ciudades estadounidenses.

De acuerdo con Loch (2010), hay numerosas pruebas del valor de negocio que representa seguir el camino de la sustentabilidad, pero se requiere definir y comunicar más claramente a consumidores, empleados e inversionistas las estrategias para lograrlo. Este autor se basa en una encuesta aplicada a una muestra de 304 ejecutivos de la lista de las mil empresas de la revista Fortune y otra a más de 2600 clientes estadounidenses mayores de 18 años. Loche reconoce que aún hay cierto escepticismo, ya que solamente 29% de los ejecutivos y 16% de los clientes piensan que las empresas están muy comprometidas con la sustentabilidad, aunque 88% piensa que las empresas deben asumir una responsabilidad moral con la sustentabilidad aparte de los requerimientos regulatorios. Entre las razones de este escepticismo se encuentra el bajo nivel de rendimiento sobre la inversión (78%) en proyectos de sustentabilidad, la dificultad de medir y evaluar la sustentabilidad (41%). Por el lado de los clientes, 71% no están dispuestos a pagar más por bienes y servicios con características sustentables. Entre los ejecutivos, 61% piensan que el principal detonador para incorporar la sustentabilidad en la empresa es la reducción de costos.

Algunos indicadores en México también revelan una tendencia a favor de la sustentabilidad. Por ejemplo, en la encuesta multinacional sobre la actitud acerca del cambio climático publicada por el Banco Mundial (2010), relacionada con los resultados de la COP-15 de Copenhague y realizada por PricewaterhouseCoopers (PwC), 93% de los participantes de México respondieron que están de acuerdo en que su país se comprometa con la sustentabilidad, entendiendo que hay que aceptar ciertos costos, con el objetivo de disminuir los gases de invernadero, debido a que piensan (94%) que ya afectan la salud de los individuos. ¡Estas cifras son de las más altas del mundo! En la encuesta de PwC (2010) llamada Informes de Sustentabilidad en México, se analizan 38 informes de las principales empresas en México considerando, entre otros puntos, los indicadores de desempeño del modelo de los tres pilares. Se observa una presión creciente por volver transparente la comunicación de valores, principios y resultados de la responsabilidad social, entre otros. Se indica que estos informes contribuyen a una mejor gestión y evaluación de riesgos, porque permiten identificar oportunidades estratégicas redituables económica, ambiental y socialmente. Entre los temas que más destacan en relación con las actividades de sustentabilidad están los referentes a energía, agua, residuos sólidos y emisiones atmosféricas. Los que menos figuran son las fugas y derrames, multas ambientales, impacto ambiental del transporte e inversiones ambientales.

Conclusiones

Conceptuar el sistema focal de forma completa, incluyendo a todos los elementos de la Figura 1, y no sólo como un sistema de empresa y medioambiente, sienta las bases para definir las acciones y responsabilidades de cada uno de los participantes, lo que le facilita a la empresa insertarse en la dinámica de la sustentabilidad. La sustentabilidad abarca prácticamente a todas las actividades humanas; la empresa es un eslabón que contribuye en gran medida a que ésta se logre. Los elementos de dicho sistema son el entono social y sus instituciones, que orientan al sistema hacia la sustentabilidad mediante políticas congruentes con las necesidades actuales y futuras de la población (junto con su concientización y educación), el medio ambiente y sus recursos limitados y la empresa con su gestión sustentable.

Entre los empresarios hay una tendencia a coincidir en que las decisiones de negocios e inversiones en sustentabilidad serán un factor fundamental de las estrategias empresariales en los próximos años. La sustentabilidad abre nuevas oportunidades de negocio e incluso puede ser la semilla para el desarrollo (no sólo crecimiento económico) de nuevas industrias con nuevas tecnologías, como por ejemplo las energías renovables. Se desprende de la revisión de las fuentes secundarias de este artículo que el principal detonador de la sustentabilidad en la empresa son los beneficios económicos, la rentabilidad, la disminución de costos, la mitigación de riesgos y el reforzamiento de la imagen de marca, seguidos del marco regulatorio y del aspecto ético. Por último, cabría señalar que la sustentabilidad trata de conservar al mundo natural, equilibrando las decisiones de negocios con las medioambientales y sociales para crear valor no únicamente para la empresa, sino para la sociedad en su conjunto.?

Referencias

  • Banco Mundial. (2010). Climate change poll
  • BDO Kendalls (2009). Corporate and environmental sustainability survey, .
  • Gallopín, G. (2003). A systems approach to sustainability and sustainable development. CEPAL, UN: Sustainable Development and Human Settlements Division.
  • JDSD (2002). The Johannesburg Declaration on Sustainable Development, .
  • Kates, R.W., Parris, T.M. y Leiserowitz, A.A. (2005). What Is Sustainable Development? Goals, Indicators, Values, and Practice. Environment. 47(3): 9-21.
  • Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente. Diario Oficial de la Federación, 28 de enero de 1988.
  • Loch, R. (2010). Gibbs and Soell Sense and Sustainability Study, .
  • Massachusetts Institute of Technology (2009), ,
  • Minolli, C. B. (2000). Empresas resilientes. Buenos Aires: UCEMA.
  • Porter, E.M. y Kramer, M.R. (2006, diciembre). Strategy and Society. HBR.
  • Porter, M.E. y Van der Linde, C.(1995). Towards a new conception of the environment: Competitiveness relationship. Journal of Economic Perspectives. 9(4).
  • PwC (2010), Informes de Sustentabilidad en México, .
  • Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales. Liderazgo ambiental para la competitividad, .
  • Siemens (2011),
  • World Commission on Environment and Development (1987). Our Common Future. Oxford: Oxford University Press.

Un Comentario

  1. Leopoldo Coronado
    Publicado %A %B %e%q, %Y en 8:25 am | Permalink

    Personalmente, estoy convencido que no es mas una opción. Las Empresas no tienen futuro sin Sustentabilidad. El desafío es hacer converger la eficiencia con la eficacia, y hacer económicamente atractivo lo ambientalmente amigable.

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