Edición 51, Finanzas

Cómo y qué deberíamos enseñar en finanzas

Por: Renata Herrerías
Instituto Tecnológico Autónomo de México

Uno de los muchos aspectos que se han cuestionado después de la gran crisis de 2008 es si la forma y el contenido de lo que se enseña en finanzas y economía sigue siendo adecuado. En los años recientes, académicos de universidades de Estados Unidos se han preguntado qué deberíamos decirles a nuestros alumnos acerca de nuestras teorías y nuestros modelos.

¿Qué se debe enseñar sobre los nuevos paradigmas de los mercados financieros? ¿Hay que enseñar todavía las teorías tradicionales de finanzas? (Fabozzi, Focari y Jonas, 2014).

La teoría financiera

Enseñar finanzas y economía no es tarea sencilla. La economía es la ciencia que estudia la administración de recursos para satisfacer las necesidades humanas, desde su creación o producción hasta la distribución y consumo . Por su parte, las finanzas son la disciplina con la que se diseñan portafolios óptimos de inversión. Las dos estudian fenómenos muy complejos que difícilmente se pueden analizar con metodologías replicables y de manera sistemática. En las dos el factor humano cumple una función central y es muy complicado elaborar buenas teorías científicas. De hecho, algunos académicos consideran que hasta ahora no existe una forma adecuada de generar buenas teorías y es probable que falte mucho para llegar a ese punto. Parte de la insatisfacción con la enseñanza de finanzas y economía es que los modelos que se dan en el aula son efímeros y, por lo tanto, en la práctica no le servirán al alumno.

Al no tener teorías buenas y duraderas y, por lo tanto, al no haber una manera sistemática de prever eventos económicos de gran envergadura como las crisis financieras, la causa de estas se imputa a la economía y las finanzas. La disciplina se torna en el culpable favorito de que se produzcan grandes crisis. Las finanzas son el villano responsable de la desaparición repentina de la riqueza de familias, empresas y gobiernos, y se olvida que la función esencial de las finanzas y la innovación financiera es ser el medio para alcanzar los objetivos de vida de individuos e instituciones. Comenta Andrew Lo del MIT: “Culpar a la innovación financiera de la crisis es como culpar a la contaduría y los estándares contables de los grandes fraudes de empresas públicas en Estados Unidos. Desafortunadamente, el uso incorrecto y el abuso de las herramientas financieras es lo que provoca las crisis, no las herramientas como tales”.

La enseñanza de las finanzas

¿Qué debemos enseñar a las nuevas generaciones sobre finanzas? ¿Debemos señalar al gran villano destructor de capital y resaltar sus defectos? ¿O debemos enseñar las finanzas como el vehículo que puede hacer más prósperos a más individuos y no solo a los sectores privilegiados?

Robert J. Shiller, en su libro Finance and the Good Society (Princenton University Press, 2012), postula que los educadores tuvieron una parte en la gestación de la crisis hipotecaria de 2008 hacer tanto énfasis en la teoría de los mercados eficientes, pues contribuyó a formar burbujas especulativas. Según esta teoría, los agentes son racionales y la información está al alcance de todos. Los errores que comete el mercado al valuar instrumentos se corregirán con el tiempo y prevalecerá el equilibrio de los mercados, aun sin un comportamiento ético. Desafortunadamente en ocasiones los precios se desvían demasiado de su valor correcto por prácticas poco éticas, por pánicos o por euforias y es cuando se desatan las grandes crisis; primero la euforia y la codicia y después el pánico y la huida. Los precios se corregirán eventualmente, pero cuando la desviación es tan grande la destrucción de riqueza es inevitable.

Shiller propone que, además de enseñar teoría y herramientas aplicadas, las finanzas se deben explicar y entender como una fuerza para el bien común. Las finanzas bien entendidas contribuyen a crear una sociedad mejor, lo que él llama “una buena sociedad”. Las finanzas no son un fin en sí mismo; son una ciencia funcional que existe para apoyar las metas de la sociedad. Quienes las estudian deben encontrar un propósito posterior. Las finanzas son un medio para conseguir un fin. El “fin” lo definen las personas; los financieros deberían ser solamente los “administradores” o “protectores” de los recursos para alcanzar dicho fin. No cegarse por la codicia, y buscar el rendimiento ignorando el riesgo.

La vocación en finanzas

Las herramientas financieras y la innovación financiera son útiles únicamente en la medida en que ayuden a alcanzar las metas de las personas, las empresas o los gobiernos, siempre contribuyendo a la construcción de una “buena sociedad”. La profesión financiera deber ser vocacional; el financiero tendría que querer ser ese “facilitador” para que los demás alcancen las metas planteadas.

¿Qué hacen los profesionales de las finanzas? Principalmente, explica Shiller, “cierran tratos” entre individuos o entidades con necesidades complementarias, facilitando un arreglo que se traduce en acciones reales entre dichas personas o entidades reales. Cualquier actividad, desde el diseño de un proyecto de infraestructura o la venta de una empresa en la bolsa, hasta una transacción de tarjeta de crédito o una cuenta de ahorro, significa un trato entre personas reales o entre empresas reales. Los profesionales de las finanzas, a través de las instituciones financieras, hacen posible que ocurran esas transacciones.

Además de vocación se necesitan habilidades muy específicas. El profesional financiero requiere cultivar un pensamiento experto que implica tener una visión amplia del mundo y la capacidad de interpolar distintas fuentes de información y evaluarla desde varios ángulos. También debe poseer destrezas de comunicación compleja en las que combine habilidades de trato personal y la capacidad de entender situaciones complejas. Gracias a estas destrezas, el profesional de las finanzas satisface las necesidades de un cliente con las mejores alternativas. El financiero debe entender las complejidades técnicas de los instrumentos y los servicios y aplicar ese conocimiento y sensibilidad a resolver los problemas de las personas. Por esta razón, la enseñanza en finanzas pasó de ser descriptiva y de memorización de conceptos, a ser una ciencia matemática y empírica. Hoy se necesita aprender sobre teoría abstracta, aplicaciones prácticas y aspectos éticos que sustentan a los negocios. Lo que se enseña debe enfocarse más en lo que no se sabe que en lo que ya se conoce, dada la enorme cantidad de elementos impredecibles en los mercados y las economías.

Hacia dónde nos debemos dirigir

Shiller afirma que nuestra integridad como educadores tiene que llevarnos a reconocer ante los alumnos las debilidades de la teoría financiera. En las universidades se debe inculcar a los estudiantes la misión de “protectores” y “administradores” de recursos ajenos, y donde se dan las herramientas para administrar dichos recursos. Sin duda, es en las universidades donde han surgido muchas de las ideas que han contribuido a crear nuevos instrumentos y a hacer que los mercados funcionen cada día con mayor eficiencia.

En cuanto a la innovación financiera, la mayoría de las ocasiones ha traído grandes beneficios. Instrumentos simples como las tarjetas de crédito, o poco más complejos como las opciones o el capital privado, facilitan enormemente el quehacer diario en una economía. Un ejemplo más elaborado que expone Shiller es la iniciativa cap and trade, que regula las emisiones de dióxido de carbono de las empresas fijando los límites máximos de emisión. Quien los rebasa hace un “intercambio” con alguna empresa que haya reducido sus emisiones, es decir, compra cierto volumen de CO2 extra que podrá emitir. En la actualidad hay cinco mercados bursátiles en el mundo en donde se intercambian emisiones de carbono con el sistema cap and trade.

La innovación financiera no se debería limitar, sino que por el contrario, conviene aumentar su ámbito de operación corrigiendo errores pasados y alineando de nuevo los incentivos de todos los participantes. Lo que se debe hacer en las aulas es incorporar puntos de vista de otras ciencias sociales como la psicología, la sociología, la ciencia política y la antropología, sin perder de vista el papel central de las instituciones ya establecidas. Cuando las instituciones financieras se enfocan en apoyar a las sociedades a las que atienden para alcanzar sus ideales y sus metas, estas sociedades serán más exitosas. El punto central es que cuando las finanzas funcionan correctamente tienen un potencial único de promover altos niveles de prosperidad para la mayoría?.

Referencias

  • Fabozzi, F. J., Focardi, S.M., Jona, C. (2014). Investment Management: A Science to Teach or an Art to Learn? CFA Institute Research Foundation, May 2014, Vol. 2014, No. 3.
  • Shiller, R. J. (2010). How Should the Financial Crisis Change how We Teach Economics? The Journal of Economic Education, 41(4).
  • Shiller, R. J. (2012). Finance and the Good Society. Princeton: Princeton University Press.

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