Contabilidad, Edición 33

Transparencia y Responsabilidad Social Corporativa

Por: Sylvia Meljem, Yanira Petrides y Gabriela Soní

La etimología de las palabras importa en tanto que ellas pueden ser portadoras de un saber humano y expresar una experiencia directa tanto del mundo externo como del interior. El lenguaje es la facultad con la que cuenta el hombre para aprehender, interpretar, compartir e incluso transformar el mundo (González, 1996). El concepto y el término “responsabilidad” es reciente y aparece por vez primera en inglés y en francés en al año 1787, el primer significado fue político, en expresiones tales como “gobierno responsable” o “responsabilidad del gobierno” que expresaban el carácter por el cual el gobierno constitucional obraba bajo el control de los ciudadanos (Abbagnano, 1989). La responsabilidad social implica la acción de responder ante la sociedad por las consecuencias de nuestros actos en el ejercicio de la libertad, la Responsabilidad social corporativa (RSC) es, entonces, la respuesta concreta de la empresa a la sociedad, por las consecuencias positivas o negativas de sus actividades, contribuyendo así al desarrollo de una economía sostenible. Hoy en día existen posturas encontradas en torno a la regulación de los informes de RSC exigibles a las empresas, así como del contenido de los mismos; el presente artículo describe brevemente los diferentes reportes que se utilizan en el mundo, así como sus perspectivas.

Responsabilidad Social Corporativa

Partiendo de la definición de RSC planteada, podemos asegurar que su cumplimiento exige a las empresas una voluntad mayor que la implementación de un esquema de gobierno corporativo, ya que éste responde en exclusiva al principio secular de protección del propietario (aquí, el accionista) y la RSC apunta hacia el uso de la propiedad privada para el logro de un beneficio social, lo cual es algo que tanto la mentalidad jurídica como la empresarial ven con extremado recelo (Arjona, 2010).

De la visión anterior se desprende el dilema de responder a la pregunta de si una empresa existe con el único fin de generar utilidades o la adopción de prácticas socialmente responsables es una estrategia que contribuye a generar valor y, por lo tanto, a su sustentabilidad en el largo plazo.

Existen muchos críticos del capitalismo por sus principios egoístas; sin embargo, como afirma el filósofo André Comte-Sponville: “El capitalismo no es moral o inmoral, es simplemente, amoral” . El capitalismo busca la eficiencia y eficacia en la utilización de los recursos, y las prácticas de responsabilidad social no se oponen a ello, hacer lo correcto no tiene que ser un ejercicio no redituable o no competitivo.

A este respecto, la RSC ha sido objeto de varias investigaciones en las últimas décadas, en una revisión bibliográfica realizada por Margolis y Walsh en 2001, se encontraron 86 estudios cuyo objetivo era analizar los efectos de la RSC (variable independiente) sobre el desempeño financiero de las empresas, la mayoría de los resultados (53 por ciento) apuntaron hacia una relación positiva entre la RSC y el desempeño financiero. En contraste, sólo el 5 por ciento de las investigaciones encontraron una relación negativa entre estas variables; 24 por ciento, ninguna relación y 18 por ciento, una evidencia mixta.

Varios autores se han dedicado a estudiar la existencia de una relación de causalidad entre la RSC y el desempeño financiero, algunos argumentan que la RSC mejora el desempeño financiero al fortalecer la reputación de la marca y beneficiar a sus stakeholders. Otros sostienen que las empresas con un desempeño financiero sobresaliente disponen de fondos ociosos que pueden destinar a prácticas sustentables. En adición, existe la teoría de un círculo virtuoso, la cual establece que la RSC es al mismo tiempo causa y consecuencia de un buen desempeño financiero, considerando todo lo demás constante.

En México todavía no existe suficiente información ni evidencia acerca de la RSC y su relación con la competitividad de las empresas. Algunos estudios, como el realizado por Husted y Salazar, analizaron las prácticas de RSC de 52 empresas en México, así como su capacidad para crear ventajas competitivas. Encontraron que del total de las empresas analizadas, el 86 por ciento participaba en acciones sociales, siendo el área de salud la que se consideraba de mayor importancia, seguida por programas de alivio a la pobreza y deportivos. Además, reportaron que sólo el 36 por ciento de las empresas de su estudio llevaban a cabo algún tipo de medición de los resultados de sus actividades y que los medios más utilizados por las mismas para dar a conocer sus programas sociales son el Internet y el periódico.

En la mayoría de los estudios realizados, la problemática principal ha sido cómo medir el Desempeño Social Corporativo (DSC); existen diversos modelos siendo los dos más comunes los siguientes:

    1. Índice de Reputación Corporativa.- Consiste en evaluar a las empresas utilizando ciertos atributos de las mismas, para la obtención de un ranking. La revista Fortune publica anualmente evaluaciones a más de 300 compañías clasificadas en 40 industrias de Estados Unidos. Este índice ha sido fuente de numerosas críticas, porque los atributos tienden a estar definidos en términos abstractos impuestos por los investigadores, dejando espacio para las interpretaciones personales de los evaluadores. Además, éste no es un índice específico para RSC, sino para la administración en general.
  1. Análisis de Contenido.- Valora el grado de publicación de actividades de RSC de las empresas en diversos documentos, especialmente en su informe anual. La ventaja de esta técnica es que una vez que se escogen las variables (de forma subjetiva), el proceso es más objetivo. Sin embargo, presenta algunas limitantes, ya que el análisis de contenido sólo indica lo que las empresas dicen estar haciendo, lo cual puede diferir de lo que hacen en la realidad.

Ambos modelos no representan medidas muy precisas para valuar el DSC, pero hasta el momento se desconocen mejores herramientas.

En adición al esfuerzo de medir el DSC y su posible correlación con el resultado financiero de la empresa, existe una fuerte presión a nivel internacional por el tema del consumo socialmente responsable, la formación y educación sobre la RSC. Los grandes impulsores en esta materia han sido las demandas y expectativas de los stakeholders, los estándares voluntarios y la legislación internacional. En la actualidad existen nuevas áreas en las que se exige la rendición de cuentas para alcanzar un enfoque integral de RSC, entre las cuales se encuentran:

  • Geopolítica: desglose geográfico de los mercados, inversiones en países en conflicto, tratados con países no democráticos.
  • Medio ambiente: residuos, emisiones, reciclaje, consumo de agua y energía.
  • Derechos humanos y laborales: trabajo infantil, trabajo forzoso, tasas de ausentismo, discriminación.
  • Derechos animales: experimentación animal, alimentos orgánicos, pesca sustentable.
  • Prácticas no éticas: corrupción, contrabando, soborno, fraude, lavado de dinero.

Para ayudar a las empresas a medir los logros y reportar el avance en cada una de las áreas mencionadas, se ha desarrollado una serie de estándares globales y nacionales. Los principales estándares utilizados se describen a continuación:

    1. El GRI es una Iniciativa Global de Reporte que surge, por un lado, por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y por otro por la Coalición de Economías Responsables del Medio Ambiente. Su propósito es cuidar la calidad, rigor y utilidad de los informes de sustentabilidad y que puedan ser verificados externamente (Soní, 2010). El GRI lanzó la Guía para la elaboración de reportes de sustentabilidad, en ella se engloban tres elementos de RSC: el económico, el ambiental y el social. Según una encuesta realizada por KPMG, el 80 por ciento de las 250 empresas del Global Fortune publica información sobre aspectos ambientales, sociales y de gobierno corporativo; el 70 por ciento de las empresas que presentan informes de sustentabilidad en todo el mundo utilizan la orientación del GRI (KPMG, 2008)
    2. El Pacto Global es una alianza voluntaria internacional establecida por la ONU en el Foro Económico de Davos, en 1999. Esta iniciativa busca impulsar la idea de que el involucramiento de las empresas en la gestión de algunos retos sociales y ambientales beneficia tanto a los negocios como a la sociedad en el largo plazo. Este Pacto está constituido por diez principios que cubren cuatro áreas: derechos humanos, condiciones laborales, preservación del medio ambiente y lucha contra la corrupción. En 2007, el Pacto Global en colaboración con el GRI, publicó una guía de ayuda que relaciona los diez principios del Pacto Global con los indicadores del GRI. El vínculo entre ambas instancias es muy importante desde el punto de vista de la comparabilidad. Se debe hacer énfasis en que las dos iniciativas son complementarias; sin embargo, el Pacto Global no obliga, sino sólo recomienda el uso del GRI (Pacto Global, 2007).
    3. El Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD), se creó en 1995, es una coalición de 200 empresas internacionales provenientes de más de 35 países y 20 sectores industriales, unidas por un compromiso con el crecimiento económico, el equilibrio ecológico y el progreso social. El WBCSD apoya la comunicación de los esfuerzos y los logros por medio de la orientación del GRI. Asimismo, ha desarrollado un conjunto de indicadores de eco-eficiencia, los cuales combinan aspectos económicos y ecológicos. El objetivo de estos indicadores es que sean flexibles y generales, de modo que sirvan para medir, reportar e interpretar el nivel de eco-eficiencia alcanzado en empresas de diferentes sectores (Soní, 2010).
  1. En 2004, el Instituto Mexicano de Normalización y Certificación (IMNC) publicó la norma mexicana de RS. Esta norma establece procedimientos para la implementación y seguimiento de prácticas de RSC en empresas públicas o privadas. Las directrices incluidas en este documento se utilizaron como base para la generación de la norma internacional ISO 26000, la cual es una norma internacional en desarrollo, elaborada por la Organización Internacional para la Estandarización, que proporcionará orientación y recomendaciones para poner en práctica y volver operativa la RSC. Se espera que se publique en septiembre de 2010, será de uso voluntario y no será certificable. Incluye aspectos de gobierno corporativo, transparencia, derechos humanos, prácticas laborales, protección al consumidor, medio ambiente e involucramiento de la comunidad (Soní, 2010).

Hasta el momento, 918 empresas en el mundo reportan bajo el GRI. Hay 207 organizaciones miembros del WBCSD, de las cuales 90 utilizan la metodología del GRI; sin embargo, hace falta la homologación hacia una misma normatividad, la cual permita integrar las distintas perspectivas en un solo reporte (Soní, 2010).

Por otro lado, además de los reportes ya mencionados, existe el índice de Sustentabilidad, que en septiembre del año pasado cumplió diez años. Ha sido una década de cambios en la que las empresas se han convencido de que una gestión socialmente responsable termina por crear valor en el largo plazo. La reciente cumbre de Copenhague y la Ley de Economía Sostenible ejemplifican la importancia que este nuevo modelo de gestión cobra en la agenda política y económica (De Cubas & Sepúlveda, 2010). El Dow Jones Sustainability Index (DJSI) es el primer índice mundial que analiza el comportamiento financiero del 10 por ciento superior de las compañías en términos de sustentabilidad, dentro de las 2,500 empresas que cotizan en el índice global Dow Jones. Este índice fue elaborado en colaboración por las organizaciones Dow Jones Indexes, de origen estadounidense; el Stoxx Limited, de origen europeo; y el Grupo SAM (Sustainable Asset Management), compañía suiza pionera en la inversión responsable (Soní, 2010).

Conclusiones

Si bien finalmente los expertos internacionales en materia de Responsabilidad Social Corporativa reunidos el pasado mes de marzo en Palma de Mallorca coincidieron en reclamar un cierto grado de obligatoriedad o regulación en los informes de responsabilidad social que elaboran las empresas (Servimedia. es, 2010), podemos concluir este artículo haciendo hincapié en que la capacidad humana de desinterés, de elevarse por encima de los meros fines prácticos o pragmáticos es, en efecto, expresión eminente de la libertad. El peligro de tantos reportes es que llegue a prevalecer lo que Nicol llama “La razón de la fuerza mayor”, destinada nada más a cumplir con sus propósitos pragmáticos de mera eficacia y asegurar la sobrevivencia de la especie, que no es lo mismo que la existencia de la comunidad humana (González, 1996). Responsabilidad no es mera imputabilidad, es la posibilidad de prever los efectos del propio comportamiento y corregir el comportamiento mismo a partir de tal previsión (Abbagnano, 1989). ?

Bibliografía

Abbagnano, N. (1989), Diccionario de Filosofía (2a Edición en Español, 7a Reimpresión ed.). México: Fondo de Cultura Económica.
AliaRSE. (s.f.). AliaRSE. Recuperado el 25 de Marzo de 2010, de AliaRSE Alianza por la Responsabilidad Social Empresarial en México: http://www.aliarse.org.mx
Arjona, C. (21 de Marzo de 2010). La responsabilidad que interesa. (http://www.elpais.es, Ed.) El País – Nacional, p. 34.
Carazo Madrid, J. (22 de Marzo de 2010). Un encuentro para configurar la futura RSC europea. (C. N. Días, Ed.) Cinco Días, p. 18.
De Cubas, L., y Sepúlveda, R. (7 de Febrero de 2010). Las grandes empresas incorporan la RSC a sus estrategia de negocio. ABC, p. 8.
Elkington, J. (1998). Cannibals with Forks: The Triple Bottom Line of 21st Century Business. Estados Unidos: New Society Publishers.
Gaos, J. (1982). Fragmentos de Heráclito. México: Enrique Hülsz Piccone.
González, J. (1996). El ethos, destino del hombre. México: FCE, FFyL, UNAM.
Husted, Bryan William y Salazar, José de Jesús (2005). Un estudio exploratorio sobre la estrategia social de empresas grandes ubicadas en México. Nuevo León: Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.
KPMG. (2008). International Survey of Corporate Responsibility Reporting. Reino Unido.
Margolis, Joshua y James Walsh. (2001). People and Profits: The Search for a Link Between a Company´s Social and Financial Performance. Estados Unidos: Lawrence, Erlbaum Associates.
Pacto Global. (2007). Making the Connection. The GRI Guidelines and the UNGC Communication on Progress. Estados Unidos.
Servimedia.es. (26 de MARZO de 2010). Servimedia España Noticias. Recuperado el 29 de MARZO de 2010, de http://www.servimedia.es/Noticias/Seccion.aspx?seccion=24
Soní, G. (2010). Aplicación de Prácticas de Responsabilidad Social: Una perspectiva corporativa en México. México: ITAM Tesis.

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