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“Innovación”, un Término que Todos Conocen pero Pocos Aplican
Posted By Ceci On 15 julio, 2014 @ 11:20 In Desarrollo Empresarial,Edición 49 | Comments Disabled
Por: Pamela Gallardo
En el contexto actual de gran incertidumbre, volatilidad de los mercados, estancamiento económico y competencia internacional, es necesario encontrar nuevas maneras de impulsar la economía y el desarrollo de un país.
En el contexto actual de gran incertidumbre, volatilidad de los mercados, estancamiento económico y competencia internacional, es necesario encontrar nuevas maneras de impulsar la economía y el desarrollo de un país (Venture Institute, 2013). En su libro El mundo es plano (2007), Thomas L. Friedman argumenta que la disminución de las barreras comerciales y políticas y el avance tecnológico están igualando la manera de hacer negocios en todo el mundo, y que por ello, ahora más que nunca, la clave para diferenciarse se encontrará en la innovación.
Hoy en día, las fuentes de crecimiento económico han cambiado. Poco a poco, las fuentes tradicionales, como el capital o la mano de obra, están siendo reemplazadas por otras fuentes, como, por ejemplo, la infraestructura en tecnologías de información y comunicaciones (TIC). Asimismo, vemos que los problemas más relevantes de nuestra sociedad, como son el transporte, la educación, la protección del ambiente, la medicina, la agricultura e incluso la “democracia” requieren soluciones creativas y eficientes que impulsen y apliquen los avances de la ciencia y la tecnología (Venture Institute, 2013). Sin duda, la innovación es cada vez más un factor clave para sostener el desarrollo y el crecimiento económico a largo plazo, mejorar el bienestar de la población, generar empleo y promover la creación de nuevas industrias (Venture Institute, 2013, 2). Desde principios del siglo XX, Joseph Schumpeter señaló la importancia de las ideas y de la tecnología como factores determinantes del crecimiento económico, ya que son los que generan soluciones y cambios radicales que permiten aumentar la productividad (Romer, 1986, y Venture Institute, 2013). an en buscar oportunidades en otras regiones.
El optimismo sobre el impacto de la innovación en la productividad y el crecimiento económico ha aumentado en los últimos años. No hay duda de que la innovación genera un circulo virtuoso, en especial en los países emergentes; es decir, al atacar problemas sociales con soluciones innovadoras se impulsa el crecimiento económico y viceversa; como fue el caso de la Revolución Verde en India en la década de 1970 (OCDE, 2012, 10). Lo más relevante es que más allá de la teoría, en la práctica el desarrollo de capacidades de innovación ha sido un factor importante en la estrategia de crecimiento de las economías más dinámicas, como la china, la hindú y la coreana (OCDE, 2012, 4-7).
De esta manera, se ha generado un consenso bastante amplio sobre la innovación como un factor clave para impulsar y sostener el desarrollo y el crecimiento económico a largo plazo. Sin embargo, no podemos afirmar que exista el mismo consenso acerca de su definición ni, por tanto, de su medición. Diferentes organismos internacionales y nacionales han propuesto distintas definiciones sobre lo que es innovar.
La lista de definiciones puede seguir conforme nos adentramos en el estudio de este concepto. De igual manera, no todos los actores del ecosistema emprendedor comparten las mismas definiciones de innovación. La revista Expansión dedicó su edición especial de 45 años a la innovación en México (abril de 2014). Para elaborar este número, realizaron entrevistas a expertos en el tema: especialistas, académicos y empresarios. Para algunos, la innovación consiste en identificar una necesidad y encontrar soluciones para atenderla, y no implica per se una aplicación tecnológica. Para otros, como Don Strickland, exdirectivo de Apple y Kodak, innovar no solo es creatividad para encontrar nuevas formas de hacer las cosas, sino que lleva implícita la creación de valor. Otros, como Jeffrey Beir, mentor de Harvard iLab, son más exigentes y consideran que una mejora incremental no es innovación a menos que atienda una necesidad clara y especifica. Para Rogelio de los Santos, cofundador del fondo de capital Alta Ventures, la innovación se distingue de una invención por su perspectiva de mercado. Así, podemos concluir en general que para algunos actores del ecosistema emprendedor, una innovación se caracteriza por tres componentes: 1) la creación de algo nuevo 2) que es transformador de la empresa, mercado o país y, por lo tanto, 3) crea valor.
¿Por qué medir la innovación?
En los últimos años, hemos sido testigos de un sinfín de esfuerzos nacionales e internacionales por medir y comparar el desempeño de los países en materia de emprendimiento, innovación, ciencia y tecnología. Evaluar y medir la innovación es importante para comprender mejor cómo se comporta en cada país. A partir de esta evaluación se pueden tomar decisiones de estrategias empresariales y políticas públicas. Medir y comprender la innovación es una actividad crucial si se quiere que estas estrategias y políticas sean realmente eficaces. De esta manera, los indicadores específicos se han vuelto cada vez más necesarios para entender la innovación y su relación con el desarrollo económico de los países (Anlló, Marins y Schaaper, 2013).
En general, las ideas innovadoras se pueden clasificar por su objetivo y novedad. De acuerdo con la finalidad del conocimiento, la innovación puede dirigirse a un producto, proceso, mercado u organización (OCDE, 2005):
Por su novedad, una innovación puede ser clasificada como incremental o disruptiva, según su contribución al conocimiento y su impacto geográfico (Johannessen, Olsen y Lumpkin, 2001; OCDE, 2005; Christensen, 1997). Una innovación disruptiva es aquella que crea nuevos paradigmas o mercados. Una innovación incremental produce mejoras graduales en la misma tecnología o campo de conocimiento; generalmente, se trata de cambios en la eficacia del producto, pero no en su funcionamiento (Fundación IDEA, 2010, 11). Estas clasificaciones se pueden dividir en categorías por su impacto geográfico.
Cualquier actor de la sociedad puede originar una innovación: empresa, industria, sector público, academia, etc. (OCDE, 2010). Sin embargo, la innovación suele ser producto de la interacción de actividades complementarias de estos actores.
Innovación en México
En resumen, la innovación es ahora más que nunca un factor determinante de los niveles de productividad y de competitividad y, por ende, del crecimiento económico de un país. La capacidad innovadora de un país depende de la interacción adecuada de gobierno, comunidad científica, empresas e industrias.De aquí proviene la preocupación por el estado de la innovación en México. En términos de capacidad innovadora, México se encuentra muy por debajo de países con los cuales compite directamente. México sufre el síndrome de Peter Pan, como lo llama la revista The Economist (mayo de 2014), puesto que cerca del 90% de las empresas emplean a menos de 50 personas, están orientadas a los mercados locales, su contribución al valor total de la producción es baja y sus actividades innovadoras son pocas, lo que da por resultado falta de eficacia, productividad, tecnología e innovación. Esto explica que gran parte de la inversión en investigación y desarrollo sea realizada por el sector público. Cuando el sector privado destina muy pocos recursos a la innovación, la infraestructura industrial está muy poco tecnologizada y hay escasez de recursos humanos altamente capacitados.Si México quiere alcanzar mayores niveles de crecimiento y mejorar su posición competitiva en el mundo, deberá apostar por el camino de la innovación, lo cual implica una alineación adecuada entre los actores: gobierno, comunidad científica, universidades, empresas e industrias.?
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